La Cueva de Toquepala










EL DESCUBRIMIENTO QUE HIZO HISTORIA

En 1963 los diaríos de Lima y algunos del interior del pais daban cuenta del descubrimiento de una "cueva con pinturas rupestres" en el asiento minero de Toquepala, provincia y departamento de Tacna, cuya antigüedad se fechaba en 10 mil años.
La cueva aludida, conocida originalmente como Cueva del Diablo, había sido visitada por lo menos desde 1950. Sin embargo, sólo en 1963 Emilio Gonzáles García la descubrió científicamente.
El Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima, con el apoyo de la Southern Perú Copper Corporation, realizó investigaciones arqueológicas entre 1963 y 1967.
La caverna y abrigo deben haber sido ocupados durante períodos de estación y al parecer nunca por un gran número de personas. Quizás por un grupo que se desplazaba continuamente o que reincidía en sus visitas.
La Cueva de Toquepala tiene 10 metros de profundidad, 5 metros de ancho y 3 metros de altura.
En sus paredes se han encontrado pinturas rupestres, con diversas escenas de cacería, en las que se representan a cazadores acorralando y matando a un grupo de guanacos (camélidos sudamericanos silvestres).
Se denomina "chaco" a la típica táctica de cacería en los Andes. Los comuneros forman cercos humanos, acorralan a las bestias y luego las matan o capturan. Esto es claramente representado en la cueva de Toquepala.
Para realizar estas pinturas se han usado colores como el rojo, el amarillo, el verde y el negro. De acuerdo con el investigador Jorge Muelle, estas escenas habrían sido realizadas con el fin mágico de propiciar una buena cacería.
Se calcula su antigüedad en siete mil 600 años A.C. (antes de nuestra era) de acuerdo con los fechados radioactivos realizados por expertos en la materia.

La cueva de Toquepala es considerada la “Pinacoteca paleolítica más importante del Perú”. Explorada inicialmente por Miomir Bojovich y Emilio Gonzalez, la Cueva del Diablo de Toquepala tiene al arqueólogo Jorge Muelle como su estudioso más importante.
En esta cueva se descubrieron pinturas que grafican escenas de cacería (“chaku”) de guanacos así como importante instrumental lítico. Algunos arqueólogos sugieren que en este lugar se habrían desarrollado rituales propiciatorios de la cacería, típicos del pensamiento mágico de los cazadores del paleolítico en otras partes del mundo.
El arte rupestre del antiguo Perú es muy importante para el estudio de las bandas de cazadores y su proceso de aprendizaje del ciclo vital de los camélidos andinos. 

 
 

 
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